Hoy, martes, nos levantábamos por primera vez en las casas de nuestros amigos de intercambio. Por culpa de la tradicción alemana de San Nicolas (Papá Noel) al levantarnos descubrimos regalos pequeños en nuestros zapatos, que simbolizaban el comienzo de la navidad. Por lo menos yo, tuve momentos incómodos con la familia aunque, tras el paso de los días fuimos cogiendo mutua confianza. Después de nuevos cambios a la hora de despertarse, tocaba visitar Friburgo. Aquí tuvimos el primer contacto con la cultura alemana. Paseamos por la ciudad y visitamos la catedral. Al viajar a Alemania en diciembre, estaba todo mucho más decorado que en España. Las calles estaban llenas de luces y eran muy comunes los mercados de navidad, donde se vendían todo tipo de productos desde vino caliente hasta decoraciones navideñas.
La visita a la catedral fue muy interesante. Es una de las construcciones góticas más importantes de Europa. Me llamaron la atención sus vidrieras y rosetones tan llamativos.
Una de las cosas más curiosas fueron los riachuelos que atraviesan la ciudad que según la tradición si un turista lo pisa sin querer, se tiene que casar en Friburgo. Nos dejaron tiempo libre por la ciudad que aprobechamos para verla con tranquilidad.
Fue un día lluvioso donde todos nos esperábamos
más frío del que realmente hizo.
Fue un día lluvioso donde todos nos esperábamos
más frío del que realmente hizo.
